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Conflicto Israel-Irán y el Precio del Petróleo: Un Análisis Fundamental Más Allá del Ruido y la Especulación

Actualizado: 19 jun

En medio de la escalada de tensiones sin precedentes entre Israel e Irán, los mercados financieros, y en particular el sector energético, se han visto sumidos en una espiral de volatilidad.


Los titulares anuncian subidas abruptas en el precio del crudo y las redes sociales se inundan de predicciones apocalípticas.


Sin embargo, un análisis riguroso nos obliga a hacer una pausa y a separar el ruido especulativo de las verdaderas amenazas fundamentales para el suministro global de petróleo.


El objetivo de este análisis es desmitificar la situación actual, proveyendo una perspectiva clara sobre por qué el precio del petróleo reacciona como lo hace y cuáles son los verdaderos escenarios que podrían, o no, desencadenar una crisis energética global.



El Ruido vs. La Realidad: Desentrañando la Prima de Riesgo Geopolítico


Para empezar, es crucial entender que el conflicto entre Israel e Irán no es nuevo; es una sombra que se ha proyectado sobre Oriente Medio durante décadas.


La diferencia actual radica en la escala y la naturaleza directa de las hostilidades.


Este nuevo nivel de confrontación ha inyectado una dosis masiva de incertidumbre en el mercado.


Y es precisamente esa palabra, incertidumbre, la que define el comportamiento actual del precio del petróleo.


La subida que observamos no se debe a que la oferta de crudo se haya desplomado a causa de los ataques.

No hay, hasta la fecha de este análisis, una interrupción material y significativa del suministro.


Lo que sí existe es una "prima de riesgo geopolítico": los operadores y las naciones están acaparando petróleo no por una escasez presente, sino como una póliza de seguro contra una catástrofe futura.



La evidencia más clara de este nerviosismo se encuentra en el mercado de opciones.


El ratio entre el precio de las opciones de compra (apuestas a que el precio subirá) y las de venta (apuestas a que bajará) para el crudo WTI ha alcanzado su nivel más alto desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022.

Esto no indica una falta de petróleo, sino un miedo palpable a que pueda faltar en el futuro.



Grafico tomado de barchart
Grafico tomado de barchart

El Vínculo Inseparable: Programa Nuclear y Petroquímica Iraní


Para comprender las posibles acciones de Israel, es vital conectar dos puntos que a menudo se tratan por separado:


El programa nuclear de Irán y su industria petroquímica.

No son entidades distintas. La petroquímica es una de las principales arterias financieras del régimen iraní, y una porción significativa de esos ingresos se destina a financiar su controvertido programa nuclear.


Por lo tanto, cualquier estrategia de Israel orientada a desmantelar o atacar la infraestructura nuclear iraní lleva implícito un golpe directo a su capacidad de producción y exportación de petróleo.


El Verdadero Punto de Presión: El Estrecho de Ormuz


Aquí es donde pasamos de la incertidumbre a la amenaza tangible. Si existe un escenario capaz de provocar un shock real en la oferta mundial de petróleo, es el bloqueo del Estrecho de Ormuz.


Las cifras hablan por sí solas:

Por este cuello de botella geográfico transita aproximadamente el 20% de todo el flujo mundial de petróleo.
Diariamente, 21 millones de barriles de crudo de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak dependen de esta ruta.
Además, por Ormuz pasa un tercio del suministro global de Gas Natural Licuado (GNL).


Un cierre total o parcial de este estrecho no sería una simple fluctuación de precios; sería un cataclismo para la economía global.


Esta es la causa real que los mercados temen, y la razón por la que la incertidumbre actual se paga tan cara.


Análisis de Escenarios: ¿Qué tan Real es la Amenaza?


1. El Ataque a la Isla de Kharg: Un Golpe Simbólico, pero no Catastrófico Otro escenario que se baraja es un ataque israelí a la isla de Kharg, el centro neurálgico desde donde se exporta el 90% del crudo iraní.


Aunque mediáticamente sería un golpe devastador para Teherán, su impacto en el mercado global sería contenido.


Irán exporta alrededor de 1.7 millones de barriles diarios, cubriendo apenas el 2% de la demanda global.

Gigantes como Arabia Saudita y otros miembros de la OPEP+ tienen una capacidad excedentaria conjunta de casi 5 millones de barriles diarios, más que suficiente para compensar la pérdida del crudo iraní del mercado.


2. El Bloqueo de Ormuz: ¿Un Acto de Suicidio Económico? Aunque Irán posee capacidades militares asimétricas (lanchas rápidas, minas navales, drones y misiles costeros) capaces de generar el caos en el estrecho, la probabilidad de un bloqueo sostenido es baja por varias razones estratégicas:


  • Declaración de Guerra Global: Sería un ataque directo no solo a sus adversarios, sino a toda la economía mundial, incluyendo a su principal socio comercial, China.


  • Presencia Militar de EE.UU.: La Quinta Flota de la Armada de Estados Unidos está estacionada en la cercana Bahréin, con el objetivo principal de garantizar la libre navegación en estas aguas.


  • Autosabotaje: Irán mismo depende del estrecho para sus propias exportaciones.


3. La Amenaza Más Plausible: Ataques a Infraestructura Regional Paradójicamente, la forma más simple y efectiva para Irán de dañar la economía mundial sin bloquear Ormuz sería atacar la infraestructura energética de sus vecinos.


Ya existe un precedente: en 2019, un ataque con drones, atribuido a Irán, contra la planta de procesamiento de Abqaiq en Arabia Saudita (la más grande del mundo) redujo a la mitad la producción del reino y provocó un aumento del 20% en el precio del petróleo en una sola jornada.


Atacar refinerías y campos petrolíferos en países árabes con misiles y drones es una táctica de bajo costo, alta efectividad y que permite a Irán mantener una negación plausible.


Conclusión: Navegando la Incertidumbre



En resumen, la guerra entre Israel e Irán, en su fase actual, ejerce presión sobre los precios del petróleo principalmente a través del miedo y la incertidumbre, no por una crisis de oferta real.


El mercado está cotizando el riesgo de un evento disruptivo, no el evento en sí.


Esto no minimiza la gravedad de la situación. Al contrario, subraya que aún no hemos entrado en el escenario que verdaderamente alteraría los fundamentos del mercado.


Variables como el grado de implicación de Estados Unidos y China añadirán capas adicionales de incertidumbre.


Como inversores y analistas, nuestra labor es mantener la cabeza fría. Debemos vigilar los indicadores clave: las tensiones en el Estrecho de Ormuz y cualquier ataque a infraestructuras críticas de producción en la región.


Mientras estos pilares se mantengan intactos, el precio del crudo seguirá bailando al son de la especulación, recordándonos que en los mercados financieros, a veces el miedo es más poderoso que la realidad misma.





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